domingo, 2 de septiembre de 2012

Literatura / Hölderlin Lovecraft


Lo Permanente, lo huidizo y el miedo del Sr. Marton

Nicolás Fratarelli
Publicado en Contratiempo Revista Digital 


“Estábamos sentados sobre una ruinosa tumba del siglo XVII (...) especulando acerca de los innominables. Mirando hacia un sauce gigante del cementerio cuyo tronco casi se había engullido una lápida antigua e ilegible, yo (Carter) había hecho una fantástica observación del espectral e indecible alimento que las colosales raíces debían chupar de aquella tierra sepulcral, y mi amigo (Marton) se había encogido de hombros diciendo que aquella observación era una tontería (pues) no podía existir algo fuera de lo normal. Además, añadió, mis continuas alusiones a lo ‘innominable y a lo indecible eran un truco pueril, muy en la línea con mi nivel de calidad, mas bien bajo, de escritor.’

Tenemos conocimientos de las cosas, dijo. Unicamente a través de nuestros cinco sentidos o de nuestras intuiciones religiosas; en consecuencia es completamente imposible referirse a cualquier objeto o espectáculo que no puedan ser ciertamente descriptos por la sólida definición del hecho...”

Lo Innominable. H.P.Lovecraft
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Haidegger se detiene en la obra de Hölderlin.  Lo nombra, lo señala, lo ubica en el lugar del “poeta del poeta”. 

Dice: “la poesía de Hölderlin mantiene constante la determinación poética de poetizar sobre la esencia de la Poesía.”; busca “lo esencial de aquella esencia que nos fuerce a la decisión de tomar en serio la Poesía y afincarnos en sus dominios”. Pero bien, cuando Heidegger habla de esencia de la Poesía no está refiriéndose a la poesía como sucesión-de-versos-y-estrofas sino a la poesía como Fundación del Ser, como esencia, como Ser y Esencia, y con ello, se está refiriendo al Hombre y a su existencia en el mundo y a su morar “poieticamente” como destino desvirtuado.

Heidegger, en el comienzo de su libro “Hölderlin y la Esencia de la Poesía” cita dos sentencias “fundantes” del poeta:

1.       La Poesía “esta tarea de entre todas la más inocente”
2.       “Se dio al hombre el más peligroso de los bienes: La Palabra
 
Y se pregunta cómo se pueden compaginar estos dos conceptos que en apariencia resultan contradictorios.

El hombre es un ser que da testimonio de lo que es, y es precisamente porque da testimonio de su “Edassen”. Justamente este testimonio se entrega  a través de la “palabra como bien”, y no obstante esta palabra al ser expuesta, al ser exteriorizada, comienza a crear un campo abierto de amenazas contra el Ser. Allí radica el bien, y como una cinta de Moebius, también el peligro, pues en la palabra puede estar lo más puro y lo más oculto, lo más confuso y lo más vulgar, lo más bello y lo más siniestro.

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Hölderlin (y Haidegger)  plantea que la palabra es peculio de los dioses, que no pertenecen a los mortales y que llega a ser propiedad común cuando ha llegado a ser “común”, es decir cuando ha llegado a ser “cosa de todos los días (...) permanencia de los mortales”.

Vayamos al cuento de H.P.Lovecraft por un momento. Veamos el tramo del texto arriba transcripto. Carter especula acerca de lo innominable (quitémosle el halo de misterio que esta palabra encierra en su relato y tomemos de ella su significado más puro, lo que no se puede nominar, lo que no se puede nombrar) Carter especula acerca de lo espectral e indecible, podríamos decir que especula sobre las “Palabras de los dioses” que aún no han llegado a ser “cosas de todos los días, pertenencia de los mortales”.

Marton, su amigo, ve en lo innominable “una tontería” y añade que las alusiones a lo innominable, y a lo indecible son un truco de un escritor de baja calidad, como su amigo Carter, que no sabe poner en palabras “lo innominable”, dado que todo “puede ser descripto por una sólida definición de (los) hechos...

Pero, lo que le está queriendo decir Marton a Carter, tomando el razonamiento haideggeriano, es que las palabras sí son de los dioses y que los Poetas son quienes se plantan en presencia de los Dioses y hacen de “pararrayos”, de “Entre”, de conjunción entre los dioses y los hombres (en este caso sin h mayúscula).

El poeta, o el verdadero Poeta, por tomar el presumible razonamiento de Marton (con quien George Steiner estaría de acuerdo) es quien funda el Ser, quien está expuesto a los rayos de los dioses, dado que,  como dice Heidegger, la poesía es el “despertador de las apariencias de la irrealidad y de ensueño frente a esta realidad apresable y ruidosa
 
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Poesía es Fundación del Ser por la Palabra y sobre la Palabra, dice Heidegger, y se pregunta ¿Qué es lo fundado? La respuesta que encuentra a primera vista es incómoda:”lo Fundado es lo Permanente”. No obstante en su argumentación nos señala que lo Permanente para que sea tal es necesario que sea Fundado, de lo contrario seria como agua entre las manos.

Lo  Permanente es lo más huidizo y “debe ser retenido contra la arrebatada corriente” (Heidegger) si no se funda no está; se va; no se percibe; es “lo innominable” y justamente la labor del Poeta es poner al descubierto el Ser, por eso la poesía para Haidegger, así como para Hölderlin, es la fundación del ser, y de este modo se llega a la esencia de las cosas. Ser y Esencia se hacen uno tras la acción de la fundación.
 
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“... se hablaba de un diario ancestral que encontré, de seres con una mancha en el ojo vistos en las ventanas durante la noche, en prados desiertos cerca de los bosques. Algo había atacado a mi antepasado en un camino solitario, dejándole marcas de cuernos en el pecho y de garras en la espalda... ( ) Con el paso de los años, las leyendas asumieron un aspecto espectral.

Durante mi relato mi amigo Marton había permanecido muy silencioso, y me di cuenta de que mis  palabras le habían impresionado.

Marton permaneció pensativo (...) pero volvió a su actitud analítica (y) me recordó que incluso la perversión más morbosa de la naturaleza no era necesariamente innominable ni cuantificablemente indescriptible.

…modelado por el cerebro muerto de una pesadilla híbrida, ¿no (constrituirá) tal nebuloso terror lo innominable? ”.

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Dice Hölderlin:
Muchas cosas  ha experimentado el Hombre,
A muchas celestiales ha dado ya nombre.
Desde que somos Palabra-en-diálogo
Y podemos los unos oír a los otros.
 
Tomando estas estrofas del Poeta, Heidegger señala que el SER  se funda en la palabra y la palabra viene a ser como diálogo. Sólo en cuanto diálogo la palabra es esencial al hombre y somos diálogo desde que “el tiempo ES”, desde que “somos históricos”,  y ser históricos,  y ser diálogo,  tiene la misma pertenencia.

Heidegger dice “desde que a la palabra le aconteció ese fasto de SER DIALOGO, vienen a la Palabra los dioses y aparece el mundo y sólo hay mundo donde existe la palabra y  hay historia”.

Con estos conceptos podemos referirnos a la segunda trascripción del texto de Lovercraft, descubriendo el concepto “palabra en el tiempo” en el “diario ancestral”, y  palabra en diálogo” en la conversación entre Carter y Marton, entre el relato del primero y el oír del amigo, hasta llegar al estremecimiento y por último al terror de lo innominable, que es el terror a lo que no se puede nombrar (por imposibilidad humana) a lo que no tiene nombre, a lo que no tiene palabra, ni historia y por lo tanto no tiene Mundo inmanente,  porque es vacío, es palabra de dioses que aún no se hizo “propiedad de los mortales, porque es parte del óvalo de la nada, de un agujero oscuro”. Al ese “algo”, que es SER sin ESENCIA,  a ese algo no fundado, es a lo que  le teme el hombre común (Marton) pero no el Poeta, ese pararrayos (¿Carter?).

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“Marton (…) apartándose de mí profirió un grito espeluznante (…) Luego llegó una fétida ráfaga de aire helado (…) y algún invisible ente de titánico tamaño (que) me derribó de mi asiento. (…) Los dos abrimos los ojos casi al mismo tiempo (…) ocupábamos unas camas contiguas (en el Hospital) St Mary.
 
Marton tenía dos heridas penetrantes en el pecho y varios rasguños menos graves en la espalda (y) mi cuerpo (tenía) contusiones de intrigante naturaleza... Marton (le dijo al médico) que habíamos sido atacado por un toro furioso.

-          Por Dios Marton  ¿Qué era? Esas heridas... ¿Qué aspecto tenía?
-          No tenía ningún aspecto concreto (…) Era lo innominable.”
 
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 Buenas son las leyendas, pues son memorial del altísimo.  Hölderlin.

 
(Fotos: Escenas del film Escrito en el Cuerpo de Peter Greenaway)
 

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